Capítulo 14 - La historia de los textiles en la industria automotriz

La historia de los textiles en la industria automotriz
Investigación y edición: Francisco Mejía-Azcárate – OCCC, Cali, Colombia – Marzo 2014

Desde que nació el automóvil, existe una industria que silenciosamente le ha prestado sus servicios a los vehículos: se trata de la industria textil. Cuando los primeros carruajes aparecieron en la China y Mesopotamia, hace varios milenios, los textiles fueron parte integral de estos, bien sea sirviendo de protección o para mejorar el confort o simplemente para su enlucimiento. La 1ª.Revolución Industrial que se inició terminando el siglo XVIII en Inglaterra y duró hasta mediados del siglo XIX, estaba basada en la máquina de vapor y esta a su vez estuvo dirigida primordialmente al mejoramiento de la producción en la industria textil.

Spinning Mule, se llamaban las primeras máquinas de hilar movidas por vapor a finales del Siglo XIX y principios del Siglo XX

En ese momento Inglaterra se convirtió en el motor del desarrollo industrial y de la mano de la máquina de vapor se aceleró el desarrollo económico de muchos de los principales países de la Europa Occidental y de los Estados Unidos. Solo en la interface que medió entre 1890 y 1930 la máquina a vapor impulsada por hulla, un tipo de carbón mineral que contiene entre un 45% y un 85% de carbono, allanó el camino a otros tipos de motores como los de combustión interna movidos por hidrocarburos derivados del petróleo, que a la postre se convertirían en el alma de la industria automotriz. En las postrimerías del Siglo XIX y principios del Siglo XX, cuando los ‘automóviles’ empezaron a reemplazar los carruajes tirados por caballos, la industria textil se encontraba en una etapa de gran expansión y desarrollo tecnológico, tanto así que en 1884, se fundó en la ciudad de Philadelphia, en los Estados Unidos, una de las primeras universidades textiles del mundo, entidad educativa que vio graduar a este autor en 1980.  

En el siglo XX nació una industria textil más tecnificada e industrializada que colaboró con el desarrollo de la industria automotriz, brindando lo mejor de sí, en un negocio que ha sido de gran beneficio mutuo. Al comienzo, no solo preparó las telas para cubrir las sillas y algunos paneles interiores, sino que fabricó las carpas de lona, pues en sus inicios la mayoría de los carros eran convertibles, además muchos de los primeros vehículos de combustión interna y/o eléctricos, al igual que los carruajes tirados por caballos, llevaban cortinas que ofrecían privacidad a los propietarios más discretos.

Interior de asientos de vehículos antiguos con pelo de camello y lana mohair

Antes de las espumas sintéticas, se usaba fieltro de lana mohair, pelo de camello y hasta crin de caballo, para insonorizar y aislar el calor proveniente del motor e inclusive, en algunos vehículos se le adhería fieltro al techo para detener el golpe térmico generado por el sol.

Fieltro de lana y crin de caballo cubriendo el techo de un viejo Pontiac

Otro producto de índole textil en los vehículos son las alfombras que protegen los pisos, las cuales pasaron de ser, en ocasiones, suntuosas obras de arte en seda y lana, como las usadas por los Maharajás de la India en sus despampanantes vehículos, a alfombras sintéticas producidas con alta tecnología, principalmente en Nylon o poliéster. 

Alfombras de los fantásticos vehículos de los Maharahas

Hoy en día los cinturones de seguridad, constituyen otra constante textil en la industria automotriz, aunque también, existen otros materiales textiles, que así no estén a la vista, influyen de manera directa en el buen funcionamiento de los automóviles; materiales incorporados a las llantas que llevan tejidos de acero y lonas de keblar, nylon o poliéster, al igual que muchas de las mangueras por donde fluyen los líquidos y aceites de los vehículos, las cuales llevan un alma de lona o algún tipo de tejido que proporciona la resistencia necesaria para que ese caucho natural o sintético resista las altas temperaturas y presiones a las que son sometidas bajo el capó.

Imagen que muestra el complemento textil en una llanta  y una manguera automotriz

En total, un automóvil mediano utiliza unas 44 libras (22 kilos) de textiles, de acuerdo con información obtenida en www.fibre2fashion.com .Por supuesto que las 44 libras de textiles deben cumplir con una serie de normas de calidad y requerimientos técnicos que van desde un tiempo determinado de duración, con mínimo deterioro, hasta la solidez del color al sudor, a los rayos UV y a los detergentes básicos.  

Planta de tapicería de GM, en Canadá, inaugurada en 1968

Adicionalmente, los textiles usados en la industria automotriz son sometidos a una serie de pruebas que miden todo tipo de resistencias físicas para poder determinar su comportamiento en las circunstancias más extremas. Los fabricantes textiles, independientemente de donde estén localizados, deben elaborar sus productos bajo las normas técnicas que rigen en cada uno de los países de donde proviene la marca de vehículos en los cuales los textiles van a ser instalados e inclusive, en muchos casos deben cumplir las normas técnicas de los países donde esos vehículos han sido ensamblados y hacia dónde van a ser exportados, así por ejemplo, si son carros de marcas estadounidenses que se van a vender en Inglaterra y fueron producidos o ensamblados en México, deben cumplir con la Norma Oficial Mexicana (NOM), además de las normas americanas ASTM y AATCC y adicionalmente con las normas de la British Standards (BS), que rigen en Inglaterra. 

Laboratorio de pruebas textiles

Cuando el diseño de los automotores incorporó más vidrio, los textiles de sus habitáculos fueron alistados para recibir los rayos UV y con el advenimiento de las minivans, SUVS, jeeps y camionetas, los textiles para tales vehículos debieron replantearse y fabricarse para que fueran más resistentes. Los habitáculos climatizados y asientos refrigerados por aire, exigieron que los tejidos y diseños de las telas fueran modificados para que pudieran funcionar bien, con la nueva tecnología, razón por la cual el diseño de las sillas de los automotores ha requerido de un sinnúmero de innovaciones textiles de origen científico, con grandes desarrollos de orden físico y químico, además de todo un estudio de ergonomía, que nadie menciona porque el tema de confort es tan intrínseco, que conjuga todo tipo de variables. 

Tela con diseño Dobby y bodega de telas para tapicería automotriz en Irlanda

A medida que ha ido evolucionando el diseño de las sillas, las telas que las cubren también lo han hecho. En el siglo XX pasamos del vinilo rígido de usó frecuente en las alargadas bancas de los automóviles de mediados del siglo, a los asientos en cubo tapizados que se ajustan ergonómicamente al cuerpo. En la actualidad, los materiales que se usan para forrar la gran mayoría de las sillas, son de una excelente calidad, la cual es incrementada en la medida que aumenta la categoría del automóvil.

                     Silla tradicional de los años 50s                                                            Silla ergonómica moderna

Los textiles usados en los habitáculos de los vehículos actuales están fabricados principalmente de poliéster, por muchas y variadas razones. No sólo es rentable y de fácil acceso, sino que por lo general las telas fabricadas idóneamente con este material cumplen con prácticamente todos los estándares de calidad requeridos por la industria automotriz. 

Tela de Poliéster para uso automotriz

Las telas deben ser capaces de soportar miles de sentadas bajo el sol abrasador del desierto o a temperaturas por debajo de cero y aun así tolerar la acumulación de humedad en climas cálidos y húmedos, porque durabilidad significa que un conductor y/o sus pasajeros puedan entrar y salir del vehículo, miles de veces, sin dañar o deslucir la tela del asiento. Tengo la fortuna de haber conocido en Fairfield, New Jersey, Estados Unidos, el laboratorio de pruebas textiles SGS, magistralmente dirigido por Ángela Cicarelli, en el que se certifican, por parte del gobierno estadounidense, las muestras presentadas por las automotrices y he visto muy de cerca los rígidos procedimientos que se implementan. Los fabricantes de textiles para automóviles han agregado a la larga lista de normas técnicas necesarias para dar confiabilidad a los materiales utilizados, numerosísimas pruebas de resistencia a la mugre y a las manchas, por la sencilla razón que los consumidores pasan más tiempo en sus automotores y quieren que la tela, además de ser muy suave, no destiña porque es común que haya que lavarlas permanentemente debido a que muchos conductores comen mientras conducen y los regueros son inevitables.

 Planta de telas automotrices de poliéster en Durham, N.C., Estados Unidos

En la actualidad la mayoría de las telas destinadas a interiores de vehículos cuentan con la tecnología “Scotch Guard”, que repele el mugre y libera los líquidos derramados evitando manchas y además existe la tecnología “YES Essentials” de la compañía “Sage Automotive Interiors” de Greenville, Carolina del Sur, que también tiene propiedades anti-estáticas. Por otra parte casi todas las compañías tienen y usan telas automotrices que no sólo inhiben el crecimiento de bacterias, sino que también mejoran la calidad del aire mediante la eliminación de olores, incluso los causados ​​por compuestos orgánicos volátiles. El confort y la estética también juegan un papel importantísimo y las telas de tejido plano o de punto se fabrican con acabados brillantes o mates que generan admiración y ganas de entrar al habitáculo y sentarse. El poliéster también se presta para fabricar telas ‘no tejidas’ que se ven y se sienten como gamuza.

En un reportaje reciente sobre seguridad automotriz en Knoxville, Tennessee, en el que intervino Woody Dew, Presidente de “Tennessee Webbing” empresa que fabrica cinturones de seguridad para casi todas las marcas de automóviles del mundo, fue confirmado que además de los factores antes mencionados, los textiles automotrices deben cumplir con rigurosos estándares de seguridad establecidos principalmente por el gobierno de los EE.UU. y que inclusive, existe una norma que dice que “los cinturones de seguridad tienen que sobrevivir al vehículo”. Para confirmar lo dicho dijo: "En un depósito de chatarra (junk yard) se pueden encontrar vehículos de más de 20 años de antigüedad, en los que el conjunto del cinturón de seguridad todavía funciona sin problemas". 

“Los cinturones de seguridad están hechos en un 100% de poliéster de alta complejidad, fibra perfecta para tal aplicación porque no cambia de forma, no se encoge, no se estira con el paso del tiempo y no produce mayores traumatismos o cortaduras ante una situación de impacto". Los requisitos adicionales de seguridad, además de una alta resistencia a la rotura, es que no sean inflamables y en caso de que agarren fuego, deben ser auto-extinguibles. Lo que viene para el futuro cercano parece de ciencia ficción. Actualmente se está trabajando en textiles que puedan cambiar de color para evitar la monotonía y en textiles con fibras sensoriales que puedan detectar el nivel de alcohol del conductor y generar un comando que impida que el vehículo se mueva, También se investiga con materiales textiles tan livianos que muy seguramente las 44 libras de textiles que hoy en día cargan los vehículos, se reduzcan a la mitad  o menos. Tenemos que ser muy creativos y anticiparnos en el diseño y desarrollo de los nuevos textiles de cara a este segundo siglo de la industria automotriz, quizás más de lo que fuimos en el 1er siglo, porque los textiles van a tener un enorme impacto no sólo en el desarrollo económico, sino también en la sostenibilidad ambiental. La realidad es que a medida que los consumidores van siendo más educados, las exigencias en el tema ambiental van a aumentar, razón por la cual debemos desarrollar y ser capaces de fabricar los productos que el consumidor va a querer, antes que el mismo consumidor sea consciente de ello.

Al final, sin importar la tecnología, todo se reduce a manos mágicas llenas de arte y experiencia